7/9/08
2/9/08
Gracias Roger
La botella fue destapada una noche de mil nueve noventa en una terraza de la ciudad de Buenos Aires.
El corcho està alojado, desde entonces, en la garganta del artista plástico Roger di Canal por lo que el proceso de fermentación de su espíritu es irreversible.
Los poros tenaces de Roger emanan todo el tiempo la híbrida sustancia de su delirio.
Un grupo de voluntarios sostenidos por los hilos del arte y del amor reúne esa sustancia en tarritos que son etiquetados, exhibidos, vendidos, derramados, ingeridos, analizados, robados, prohibidos, escondidos y almacenados.
El cuerpo generoso de Roger es por fin una cantera en manos de las musas.
El corcho està alojado, desde entonces, en la garganta del artista plástico Roger di Canal por lo que el proceso de fermentación de su espíritu es irreversible.
Los poros tenaces de Roger emanan todo el tiempo la híbrida sustancia de su delirio.
Un grupo de voluntarios sostenidos por los hilos del arte y del amor reúne esa sustancia en tarritos que son etiquetados, exhibidos, vendidos, derramados, ingeridos, analizados, robados, prohibidos, escondidos y almacenados.
El cuerpo generoso de Roger es por fin una cantera en manos de las musas.
entre murmuraciones
y discreto alboroto
la vieja muñeca
rectora del arte
recorrió sin ojos
el todo y las partes
dos laderos tenía
dos laderos marciales
uno de seda camisa
otro de marrón el traje
la ciega venida
del más regio mundo
se hundió toda en uno
de tantos divanes
la media derecha
chupóle el de seda
la izquierda chupóle
el que andaba de traje
honrado sostuve
sus finos zapatos
contra mis orejas
como auriculares
escuché ballenas
cantando milongas
bebí las mareas
que horadan altares
el de traje tierra
le puso una media
la otra el de seda
con tierno fervor
fue grande mi asco
bien disimulado
al calzar esos pies
de baba mojados
y discreto alboroto
la vieja muñeca
rectora del arte
recorrió sin ojos
el todo y las partes
dos laderos tenía
dos laderos marciales
uno de seda camisa
otro de marrón el traje
la ciega venida
del más regio mundo
se hundió toda en uno
de tantos divanes
la media derecha
chupóle el de seda
la izquierda chupóle
el que andaba de traje
honrado sostuve
sus finos zapatos
contra mis orejas
como auriculares
escuché ballenas
cantando milongas
bebí las mareas
que horadan altares
el de traje tierra
le puso una media
la otra el de seda
con tierno fervor
fue grande mi asco
bien disimulado
al calzar esos pies
de baba mojados
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